Ernesto Sandler
EMPRENDER Septiembre 2024

Delegar multlipica los resultados


Ningún empresario puede saber de todo y hacer todo bien por lo cual debe delegar responsabilidades y actividades en sus empleados para alcanzar nuevos objetivos, lograr mayor productividad y ser más eficiente en la gestión.

El principal activo de una empresario suelen ser sus empleados porque le permiten potenciar la productividad de la empresa a partir de la delegación de actividades y el trabajo en equipo. La delegación es un mecanismo de gestión muy positivo porque posibilita la división del trabajo, la descentralización de tareas, la especialización, la diversificación del conocimiento, la participación en la toma de decisiones y el aporte creativo de los colaboradores, que junto a otros beneficios, favorecen a la conformación de un ambiente laboral pro activo y productivo.
Al delegar el emprendedor pone de manifiesto que tiene confianza en su equipo de trabajo, razón por lo cual le transfiere la responsabilidad de participar en la decisiones operativas y creativas vinculadas a la producción. Sabe que la delegación de responsabilidades estimula a los empleados a tener un mayor compromiso laboral en la medida que se les asigna mayor autonomía e independencia. La delegación de responsabilidades también favorece a la autoestima de los empleados, los estimula a buscar metas superadoras y a promover una mejor convivencia laboral. 
Desde la perspectiva del empresario, la delegación de funciones hace posible que durante su gestión no deba encargarse de todo y no tenga que estar presente en todas las actividades con lo cual reduce los márgenes de error y desaciertos que suceden cuando se quiere estar presente en todas las actividades. Es sabido que nadie puede saber de todo y hacer todo bien, de allí la importancia de la división del trabajo y la especialización del conocimiento.
Si bien la delegación y transferencias de responsabilidades genera múltiples ventajas que mejoran la organización empresarial, su rendimiento y productividad, no todos los emprendedores quieren delegar y conferir una mayor participación a los empleados para que trabajen con cierta autonomía. Muchos –en especial en las organizaciones empresariales pequeñas– tienen miedo a delegar porque dudan que los empleados tengan las capacidades y conocimientos necesarios para llevar por si solos sus actividades. Desconfían del saber y el hacer de sus colaboradores porque lo cual no están dispuestos a delegar ni mucho menos dejar de supervisar y controlar como se desempeñan en sus funciones. Son empresarios reacios a transferir funciones de gestión y actividades operativas a su equipo porque tienen temor que cometan errores, causen problemas y afecten el desarrollo de la empresa.

Hay empresarios que tienen miedo de delegar responsabilidades porque valoran que es un riesgo dar información sobre el funcionamiento de la empresa.

Consideran que es un peligro trasmitir o enseñar a sus empleados todos los conocimientos, objetivos, técnicas operativas o planes a realizar en el  futuro porque los empleados los pueden difundir o vender la competencia para que los utilice utilizar en su beneficio. Algunos empresarios son más desconfiados y están convencidos dar a conocer toda la información relativa a la empresa a sus colaboradores los puede inducir a utilizarlas en beneficio propio creando sus propios emprendimientos. Esta clase de empresarios suelen atesorar sus conocimientos bajo siete llaves y son poco proclives a delegar algunas actividades de gestión. Parten de la premisa que toda información reservada y confidencial  deja de serlo cuando se trasmite a los empleados que la pueden utilizar de forma que perjudique a la empresa y sus intereses.
El miedo, la desconfianza y las dudas que surgen al tener que trasmitir información reservada a los colaboradores no siempre es infundada pues la experiencia pone  de manifiesto que  muchas veces esos temores se han hecho realidad. Sin embargo, que a veces se filtre información a la competencia o que un ex empleado utilice esa información para  emprender su propio negocio no puede llevar al responsable de gestión a querer hacer todo por su cuenta y no delegar actividades entre los empleados. Si opta por ese tipo de gestión cerrada habrá elegido un camino erróneo debido a que le impedirá a expandir su empresa, mas allá del alcance de su brazo.
Un empresario debe ser consciente que para alcanzar grandes desafíos debe crecer en su organización y en actividades a emprender, hecho que no podrá lograr sino delega funciones en sus empleados. Sus objetivos serán muy pequeños y su gestión no alcanzara altos niveles de producción sino delega. 

No existe ningún empresario que tenga la capacidad de estar en todos los procesos de producción y hacer todo por cuenta propia de manera eficiente. 

Un empresario, en lugar de tener miedo a delegar debe abocarse a desarrollar mecanismos de transferencias de responsabilidades y a generar herramientas de supervisión de gestión que le permitan aprovechar las ventajas y beneficios que implica la delegación del trabajo. 
Delegar no significa desentenderse de la gestión. Transferir funciones y responsabilidades no implica que el empresario deje de liderar la empresa, no participe en la planificación de sus objetivos ni deje de supervisar el proceso de producción. Un empresario –por el lugar que ocupa en la organización empresarial– siempre tiene la responsabilidad de fijar las metas empresariales, planificar los procesos de producción, controlar la gestión, buscar oportunidades para expandir el negocio, establecer prioridades y motivar la participación de sus colaboradores detrás un objetivo en común. 
No existe duda que administrar y gestionar una empresa es responsabilidad del empresario o de los directivos de la empresa. Sin embargo, para que la gestión sea eficiente es fundamental que la dirección empresarial se apoye en los empleados y colaboradores. Es necesario que empresario y empleados conformen un equipo para lograr alcanzar los objetivos proyectados y superar las contingencias de la mejor manera posible. Esta confluencia de los actores de un proceso productivo multiplica la productividad, la eficiencia y la tarea en conjunto. Sin embargo, esto no quiere decir que no existan conflictos entre el encargado de la gestión y sus colaboradores. En la media que una empresa está constituida por una comunidad de trabajadores con distintas personalidades, intereses, sentimientos y capacidades es habitual que surjan conflictos, desacuerdos y enfrentamientos dentro de la organización por lo que –para una mejor convivencia– es necesario establecer cuáles son las responsabilidad de cada uno como las obligaciones y derechos. Esa normativa no implica que se cancele la posibilidad de que los  empleados manifiesten sus demandas y quejas sino que trata de se canalicen en marco de respeto y armonía. 
Un empresario no puede evitar los conflictos internos porque esos desencuentros forman parte de la vida social humana. Por lo tanto no puede tener miedo de transferir responsabilidades por los conflictos y desacuerdos que pudieran suscitarse. Tampoco debe asustarse porque puedan generarse criticas u opiniones adversas a sus directivas porque de eso se trata la participación y la delegación de actividades. Si en la empresa  se presentan conflictos el empresario debe de tener pre establecidas las herramientas idóneas para consensuar, corregir errores, motivar y encontrar puntos de coincidencia que permitan la concreción de los objetivos planificados. 
Un empresario no puede quedar atrapado por temores que resultan de dar por hecho que la delegación de actividades a colaboradores  en algún momento lo perjudicaran por diferentes motivos. Si se guía por esos pensamientos negativos anulara la participación activa de sus empleados con lo cual cancelará, por un lado, su principal herramienta para desarrollar la empresa y, por el otro, impulsara conflictos y malestar entre los empleados al sentir que no tienen ni voz ni voto porque se los considera un engranaje de una máquina que solo opera y dirige el empresario. Al seguir ese camino –sin lugar a dudas– no podrá aumentar su productividad, crecer económicamente y ganarse el respeto de sus empleados.

SE EVOLUCIONA EN GRUPO

Yuval Noah Harari, en su libro “21 lecciones para el siglo XXI” invita a reflexionar sobre la creencia que afirma que el Homo Sapiens logro desarrollarse a partir de su racionalidad y su individualismo. Para el profesor de la Universidad de Jerusalén, esa  creencia parcialmente errónea, pues  considera que el desarrollo humano se debió a la capacidad del Homo Sapiens de vincularse con otros  miembros de su especie para aumentar sus conocimientos sobre el mundo  y para hacer crecer la productividad del trabajo. Todos objetivos que no hubiera podido lograr de manera individual.
“Ningún individuo –sostiene Harari– sabe todo lo necesario para construir una catedral, una bomba atómica, un avión o educar a  un hijo. La ventaja del  Homo Sapiens sobre los demás animales y por lo cual se hizo el amo del  planeta no fue su racionalidad y actividad individual sino la capacidad –sin parangón– de  pensar y actuar de  manera conjunta en grupo”.
“Los humanos de manera individual saben muy poco del mundo y a medida que evolucionan saben cada vez menos por la vastedad del conocimiento existente. Un cazador recolector de la edad de Piedra sabia como confeccionar sus propios trajes, prender el fuego y atrapar de los leones. Hoy nadie tiene la condición de conocer cómo lograr todo lo que necesita y hacerlo por su propia cuenta. Así como los humanos en la Edad de Piedra necesitaron de otros para evolucionar en la actualidad esa necesidad se ha multiplicado de forma exponencial. Todo lo que necesita una persona requiere de la colaboración de otros para crearlas, producirlas y abastecerlas”, afirma Harari.
“Tenemos la fantasía –termina diciendo Harari– que conocemos y podemos hacer las cosas por si solos pero eso no es posible sin un entorno grupal que múltiple nuestro conocimiento y esfuerzo”. Creemos que sabemos mucho aunque individualmente sabemos muy poco. El conocimiento total solo es posible con el aporte que cada persona puede ofrecer. El desarrollo de la humanidad ha dependido y dependerá de la capacidad de actuar colectiva y mancomunadamente detrás de diferentes objetivos”.

COMPARTIR     COPIAR LINK

contact0

Bellavision Entertainment
Av. del Libertador 5936,
Buenos Aires. Argentina
+ 54 11 4786 3616
+ 54 11 4784 3929

redes sociales

Linkedin
Instagram