Ernesto Sandler
EMPRENDER Abril 2025

Motivar a los empleados


Es tarea de todo emprendedor motivar a sus empleados para que se entusiasmen con el trabajo, se capaciten, tengan sueños superadores y aspiren a un futuro mejor.

La mayoría de las personas tienen sueños y objetivos que quieren lograr para sentirse más plenas y felices. Es posible que algunas personas tengan metas pequeñas mientras que otras quieran mover montañas. Puede ser que algunos tengan objetivos muy ambiciosos, mientras que otros alcancen su felicidad con pequeñas metas fáciles de lograr. Pero es casi imposible que la gente no tenga algún sueño que cumplir. Siempre hay un objetivo, grande o pequeño, que moviliza mental y emocionalmente a la gente para ir detrás de su concreción.
Sin embargo, tener objetivos o sueños por realizar no quiere decir que se concreten o que toda la gente tenga la perseverancia para lograrlos. Las razones de esta imposibilidad son varias y de distinto tenor. Muchas veces las personas carecen de la voluntad, la perseverancia, la capacidad o el impulso necesario para ir detrás de sus metas. Otras veces las adversidades y problemas que se le presentan en la búsqueda de sus objetivos las doblegan por lo que pierden la confianza de que podrán alcanzar el éxito por lo que abandonan su lucha antes de haber logrado el objetivo.
Para algunas personas la búsqueda de objetivos superadores es algo natural por lo que no necesitan de estímulos externos para ir detrás de sus sueños. Tienen un motor interior con autoencendido, es decir tienen la capacidad natural de auto motivarse para ir detrás de sus propios objetivos. No les hace falta ningún empujón. Tienen una gran voluntad que impulsa sus energías para concretar los más diversos objetivos. Tienen la capacidad para generar sus propias metas y la voluntad de llevarlas adelante sin necesidad de que los motiven, apuntalen o empujen.
Sin embargo, la mayoría de las personas no tiene esa capacidad de auto encendido ni la voluntad para movilizarse detrás de objetivos por sí mismas. Necesitan ser estimuladas externamente para que les ayuden a descubrir metas que las hagan más felices y plenas. En esos casos, el motor interno de cada persona debe ser encendido o motivado por factores externos. Necesitan de otros para tener metas y movilizar su voluntad. Necesitan que apalanquen su entusiasmo y les den un empujón para ir detrás de una meta.
Según estudios recientes, las tres cuartas partes de las personas no tienen un impulso interior ni la capacidad plena para fijarse metas y lanzarse detrás de ellas por motu proprio. Tres de cada cuatro personas no tienen autoencendido. Su motor interior necesita de factores externos que lo enciendan, le propongan metas y las estimulen a concretarlas.
Esa realidad no puede ser pasada por alto por empresarios y líderes de equipos de trabajo. Tomar conciencia que tres de cada cuatro personas necesiten una motivación para ir detrás de un objetivo o para no bajar la guardia ante las adversidades es lo que determina la importancia de establecer políticas de estímulo hacia los empleados. Políticas que los estimule a superarse, capacitarse, hacer su trabajo de manera eficiente, participar en la gestión, tener sueños y a concretar metas personales. 

Es esencial que el responsable de un emprendimiento –grande o pequeño– implemente políticas de motivación para que sus colaboradores no se conformen con lo han logrado sino que vayan por más. 

Las políticas de motivación hacia los colaboradores deben ayudar a abrir la mente para que no queden aferrados a la rutina y se conformen con los niveles económicos o profesionales que han alcanzado. Deben comprender que la vida es más plena cuando se tienen metas de superación y renovados objetivos.
Es tarea de todo emprendedor motivar a sus empleados para que se entusiasmen con el trabajo, se capaciten, tengan sueños superadores y aspiren a un futuro mejor. Es necesario que demuestre a sus empleados que el trabajo no es un castigo, sino una importante herramienta de superación personal. Es un instrumento para que puedan desarrollarse y capacitarse. Es una vía para poder acceder a mejores estándares de vida y sentirse mejor consigo mismo.
Al implementar políticas de motivación un emprendedor lo debe hacer bajo un criterio de igualdad de oportunidades y sin discriminación. No se debe privilegiar ni parcializar las acciones motivacionales. Las políticas motivacionales no deben privilegiar a algunos empleados en desmedro de otros. No deben dirigirse de manera arbitraria para estimular solamente a los que manifiestan interés en superarse o tienen condiciones personales que los hacen sobresalir sobre el resto de los empleados. Gestionar de manera discriminada y desigual rompe la armonía de las relaciones laborales y genera resentimiento entre aquellos que fueron excluidos de las políticas motivacionales.
Cuando se actúa de manera discrecional, estimulando a algunos empleados y excluyendo a otros se generan resentimientos que influyen en la convivencia laboral. Esa desigualdad motivacional también afecta la rentabilidad de la empresa porque no permite que todos los empleados alcancen el máximo de potencialidad. Todos los empleados deben tener las mismas oportunidades de superarse y posibilidades de crecimiento. Nadie puede quedar exento de la posibilidad de mejorar sus condiciones personales, laborales o profesionales. Es necesario que los responsables de gestionar estimulen a sus empleados a levantar la vista del piso para que descubran que existe un horizonte de nuevas oportunidades si se animan a concretarlas.
Las políticas de motivación no logran tener efecto positivo cuando en una empresa prevalecen situaciones o conductas empresariales que causan desanimo, erosionan el entusiasmo o generan rencor entre los empleados. Entre esos hechos negativos se puede mencionar la amistad con el empresario que permite que algunos empleados sean ascendidos o se los promueva sin tener méritos. En esta lista generadora de desanimo se puede agregar los bajos salarios, la inestabilidad en los puestos de trabajo, la rutina laboral, la improvisación en los planes, la incapacidad de gestión y la ausencia de innovadores objetivos empresariales. También puede agregarse a esa lista desmotivadora las descalificaciones que públicamente realizan los directivos para denostar a los empleados, la falta de respeto en las relaciones interpersonales y el autoritarismo al gestionar.
Todos esos factores negativos se convierten en un cepo al estímulo y un freno para la superación personal de los empleados. Los empleados perciben que la inoperancia, la injusticia, los privilegios, la ausencia de un futuro mejor o la incapacidad generada por la gestión de sus directivos no son el ámbito propicio para hacer realidad sus objetivos de superación o crecimiento.

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