Ernesto Sandler
EMPRENDER Abril 2025

Miedo a hablar en público


Exponer públicamente una idea o un proyecto de gestión genera temor en muchos empresarios porque sus palabras pueden ser criticadas, rechazadas, abucheadas o no generar ningún interés por parte del auditorio.

Exponer públicamente un plan de negocios o un proyecto empresarial da visibilidad a la gestión y permite que la información suministrada sea compartida por todos los que están presentes en el auditorio. Este formato de exposición oral y presencial tiene muchas aristas positivas, entre las que debe resaltarse el hecho de que los presentes pueden escuchar de manera directa al responsable de la empresa sin intermediarios que pueden tergiversar la información. Permite tener una visión más cercana sobre la personalidad del disertante y generar una empatía que influye sobre los sentimientos de los que escuchan. La exposición pública, sin lugar a duda, es una herramienta muy valiosa para motivar, entusiasmar y generar un espíritu de pertenencia. Se ha comprobado que las exposiciones públicas –cuando están bien construidas– llegan al corazón de la gente generando reacciones emocionales muy positivas. De allí que este formato de comunicación sea muy utilizado por los líderes sociales, los coaches, los académicos y los DT de fútbol para motivar a sus seguidores detrás de un objetivo. 
La exposición presencial realizada ante un grupo de personas genera sensaciones y estados de ánimo que no logran otras formas de comunicación. Las disertaciones públicas ayudan a movilizar las voluntades de un grupo, a superar adversidades, a confraternizar, potenciar la personalidad del empresario y compartir objetivos. 
Las disertaciones públicas, cuando se realizan de manera correcta, con vehemencia y convicción tienen efectos altamente positivos. Genera lazos emocionales, despierta pasiones, encuadra voluntades y fortalece la unión de los presentes. Sin embargo, las exposiciones presenciales también pueden ser desmotivadoras, negativas y aburridas cuando son confusas, no dicen nada sustancial, son monótonas o están mal expresadas. En esos casos provocan desánimo, rechazo y bostezos en el auditorio. 

Así como se puede llegar al delirio y el fervor de la gente ante discursos motivadores también hemos conocido como se abuchean, maldicen y se tiran tomates cuando el orador realiza una exposición errónea o contraria al sentir del auditorio.

Este rechazo, descalificación o desinterés de la gente ante las locuciones aburridas y mediocres genera mucho temor, angustia e inseguridad en algunos empresarios que deben hablar ante un auditorio. Realizar una locución –sea improvisada o leída– es exponerse ante un grupo de personas que puede rechazar, criticar, cuestionar o directamente no prestar interés a lo que se dice. Esa situación es incómoda, frustrante y estresante por lo que muchos empresarios tratan de evitar esa experiencia negativa. Sienten miedo a una desaprobación por parte de la gente cuando deben exponer sobre su gestión, hablar a los inversores, dar directivas a los empleados, convencer de las virtudes de sus productos o tratar de acordar con los sindicalistas. Tienen temor a que sus palabras sean criticadas, rechazadas o aburridas poniendo en tela de juicio su gestión o prestigio personal. 
No se puede desconocer que disertar en público puede ocasionar reacciones negativas entre la gente. Puede suceder que exista un rechazo del auditorio porque las palabras vertidas por el expositor no generaron efecto alguno o no interpretaron el sentir de los presentes. Esta respuesta genera temor a volver a hablar públicamente. A nadie le gusta ser criticado, denostado, rechazado, burlado o descalificado al exponer una idea o propuesta. 

PÁNICO ESCÉNICO 

El pánico escénico –como se llama al miedo a hablar ante un grupo de personas– es frecuente entre aquellos que nunca han hablado ante un público o en aquellos que fueron cuestionados por una disertación. Los empresarios no están exentos de sentir este miedo o pánico escénico cuando deben hablar ante un grupo de personas. El temor a confundirse, tener lagunas mentales, utilizar palabras erróneas, leer mal, trabarse o ser aburrido suele invadir su mente por lo que tratan de evitar esa experiencia. No tener la certeza que su exposición ante los colaboradores, empleados, clientes o inversores habrá de generar una reacción positiva les produce inseguridad y miedo. Por ese motivo muchos empresarios prefieren comunicarse con su entorno de manera virtual o utilizar a personas que hablen en su nombre. 
El precio de no hablar públicamente y no exponer las ideas de manera presencial suele afectar la comunicación y relación con el entorno. El silencio, no hablar directamente, usar medios virtuales de comunicación o valerse de intermediarios para trasmitir una idea tiene una repercusión emocional muy inferior a la disertación presencial. Si bien la comunicación virtual es muy práctica y útil en muchísimas circunstancias está claro que no suele generar la empatía y el interés que se logra con las disertaciones presenciales. Las exposiciones presenciales logran que el público presente pueda percibir la pasión del disertante lo que es muy importante para motivar a la gente. 

La comunicación presencial del responsable de gestión permite motivar a la gente, fortalecer las relaciones, fijar objetivos, expresar sentimientos, elogiar conductas positivas o manifestar su desacuerdo ante situaciones negativas. 

La comunicación presencial favorece a la integración de los equipos y permite construir relaciones más firmes y sinceras. Como contrapartida no comunicarse de manera presencial o hacerlo a través de intermediarios suele afectar el prestigio del empresario porque a los colaboradores les gusta que la persona que los lidera se presente ante a ellos para ofrecerles soluciones en situaciones de crisis o para trasmitirles buenas noticias cuando hay éxitos. 
Es cierto que no todos los empresarios nacen con una capacidad natural para la oratoria. Un alto porcentaje carece de esa capacidad o tiene limitaciones para que su locución cause un efecto positivo. Eso también genera miedo, inseguridad y nerviosismo que se trasmite al realizar una disertación pública. Ante esa situación un emprendedor debe muñirse de herramientas que le permitan expresarse de manera positiva. Si no puede hacerlo por sí mismo debe apelar a clases de oratoria, a fonoaudiólogos, coach y mentores que le permitan superar el pánico escénico a partir de prácticas que le permita expresarse con calidad y convicción. 
Un empresario debe capacitarse y realizar el esfuerzo de mejorar su capacidad de hablar en público porque eso le reportará grandes beneficios. No puede recluirse o enviar mensajeros que digan lo que él no puede transmitir en persona. Un responsable de gestión necesita dar la cara y ponerle voz a sus ideas, proyectos y emociones. Para tal fin debe prepararse y capacitarse para mejorar sus disertaciones públicas. 

CAPACITACIÓN Y PRÁCTICA

La capacitación y adiestramiento para tener una oratoria que genere efectos positivos debe tener en cuenta algunos requisitos. El primero es estar seguro de lo que tiene que decir para no titubear, inventar, improvisar, ser aburrido o incoherente. Hablar por hablar y dar vueltas sin decir nada sustantivo genera desinterés, distanciamiento, rencor y mal humor en el auditorio que seguramente espera otro contenido que lo interprete y motive. 
Otro requisito importante al exponer públicamente es que el contenido de la disertación incluya propuestas, objetivos e ideas novedosas. Es muy relevante que las exposiciones sorprendan al auditorio con contenidos disruptivos, innovadores y atrevidos que rompan con los moldes preexistentes. Cuando el contenido de la exposición no es original, es repetitiva, mediocre o sin información novedosa no genera entusiasmo entre el auditorio con lo cual las palabras vertidas son desmotivadoras. 
Otra de las exigencias para exponer ante el público es utilizar un lenguaje apropiado, claro y correcto. Con ese propósito el empresario debe utilizar palabras y oraciones gramaticales que permitan un claro entendimiento entre el auditorio. Un discurso es algo más que una sumatoria de sustantivos y verbos. Una locución para ser efectiva requiere la construcción gramatical con las palabras adecuadas para que el público las entienda con facilidad. Las palabras no son neutrales sino que cada una de ellas representa un concepto que puede generar tanto efectos positivos como negativos para quien escucha. Una palabra puede motivar a superar una adversidad o también puede confundir a los interlocutores y generar rechazo. Por lo tanto, su uso apropiado y correcto es fundamental a la hora de realizar una locución. 
Tampoco ayuda a la comprensión del auditorio que las ideas expresadas por el empresario se dispersen porque habla de muchos temas a la vez. La concentración no es algo fácil de lograr entre el público por lo que no hay que hacer discursos largos y confusos que desconcentren por la multiplicidad de temas que se abordan. Las disertaciones deben abordar pocos temas y ser precisas en sus comentarios. Para ese fin es recomendable que las oraciones sean cortas ya que no es fácil retener largas oraciones o ideas expresadas con muchas palabras. 
No se puede desconocer que para impactar sobre el público se necesita algo más que abrir la boca. Se necesita combinar múltiples factores para que una locución impacte en la mente y el corazón. Algunos factores tienen que ver con la personalidad del que habla, su carisma, gestos, forma de pararse o la calidez de su voz. Otros tienen que ver con técnicas de oratoria empleadas o el prestigio que precede al expositor. No menos importante es la utilización del humor, contar experiencias motivadoras y relatos de hechos que el auditorio conoce e identifica. Tener presente y manejar todos esos factores hará posible que el miedo a hablar en público no solo desaparezca sino que la exposición presencial se convierta en una herramienta fundamental para impulsar una idea, incrementar el prestigio de la empresa y lograr mejores objetivos.

COMPARTIR     COPIAR LINK

contact0

Bellavision Entertainment
Av. del Libertador 5936,
Buenos Aires. Argentina
+ 54 11 4786 3616
+ 54 11 4784 3929

redes sociales

Linkedin
Instagram