Ernesto Sandler
EMPRENDER Noviembre 2025

Reinventarse para mantener vigencia


Reinventarse es tener la vista dirigida hacia el futuro y reconocer que permanecer vigente exige nuevas ideas e innovaciones para integrarse al cambio social y poder satisfacer las renovadas demandas del mercado.

La sociedad se encuentra en permanente evolución con lo cual es fundamental adaptarse a los cambios que constantemente se producen en el mercado a fin de satisfacer las nuevas demandas de los consumidores. Esta adaptación a la movilidad del mercado exige dejar las rutinas, innovar y arriesgar en nuevos procesos de producción. En la actualidad no es posible sostener un emprendimiento en el tiempo si se tiene una actitud conservadora, temerosa y rutinaria.
Mantener las mismas ideas, productos o actividades que han dejado de tener aceptación por la gente no es propio de un emprendedor con sed de éxito o que busque mantenerse vigente. Ante la movilidad del mercado un emprendedor debe superar abandonar la rutina y cambiar los procesos productivos obsoletos que le impedirán progresar. Debe tener la osadía para cambiar y renovarse ya que no hacerlo le significará quedar atrapado en un pasado que lo conducirá inexorablemente a la expulsión del mercado.
Para mantener en pie un emprendimiento a lo largo del tiempo requiere cambiar y evolucionar. Esto implica que todo emprendedor debe reinventarse de manera permanente para estar actualizado y generando nuevas ideas creativas que logren una respuesta positiva del mercado. Por lo tanto, cuando percibe que los objetivos de su actividad han dejado de ser relevantes para los consumidores es necesario que busque nuevas alternativas de negocio. Es esencial que se atreva a dar un golpe de timón para iniciar un nuevo recorrido dejando atrás el camino que es inconducente para el éxito.
Reinventarse es tener la vista puesta hacia el futuro y reconocer que permanecer vigente exige nuevas posturas, ideas, innovaciones y forma de gestionar para integrarse al cambio social y poder satisfacer las renovadas demandas del mercado.
Un emprendedor debe tomar consciencia que el futuro demanda nuevos proyectos que solo pueden ser llevados a cabo por aquellos que superan la rutina y se animan a cambiar.

Como el Ave Fénix, un emprendedor, debe estar predispuesto a renacer ante la adversidad con renovadas energías a partir de nuevos sueños, emociones y objetivos.

Los que se reinventan con nuevos proyectos y no quedan atados a una rutina conservadora tendrán mayores chances de mantenerse vigentes. Los que no se reinventan tienen un solo destino: el cierre de su emprendimiento.
Cabe aclarar que reinventarse no es un cambio de maquillaje para aparentar una transformación que en verdad no se ha realizado interna ni externamente. Reinventarse implica un conjunto de cambios profundos y conscientes destinados a comenzar una nueva etapa de riesgos y desafíos. Implica dejar atrás creencias vetustas y hábitos rutinarios que son inconducentes para alcanzar los objetivos y necesidades del mercado.
Reinventarse es dejar atrás actitudes, conductas y dogmas que pueden haber sido útiles en el pasado pero que no sirven en el presente para alcanzar el éxito. Reinventarse es renovar la visión del mundo y estar dispuesto a emprender nuevos sueños. Reinventarse es hacer replay para volver a participar activamente en el mercado y no quedar marginado por no tener nada nuevo que ofrecer.
Reinventarse no significa descalificar lo realizado en el pasado ni arrepentirse del camino transitado. Los esfuerzos realizados durante parte de la vida forman parte de toda biografía emprendedora y tienen un gran valor. La pregunta es en qué momento ponemos fin al contenido de esa biografía. Los que no están dispuestos a reinventarse le ponen una fecha final a esa biografía, mientras que los que deciden cambiar aspiran a escribir más páginas biográficas con nuevas historias.

Reinventarse es para aquellos emprendedores que no son temerosos y saben que cocodrilo que no se mueve termina siendo cartera.

Los que deciden cambiar saben que no se puede vivir de las glorias del pasado si se quiere estar vigente y hacer nuevos negocios. Para reinventarse hay que estar convencido de que no se sabe de todo o que se tienen todas las herramientas para adaptarse a todos los cambios del mercado. Para cambiar hay que ser flexible y tener la convicción de que es necesario modificar conductas, historias, equipos de trabajo, tecnología y objetivos.
Todo intento de reinventarse demanda convicción, voluntad y perseverancia. No se puede generar un cambio profundo sin esfuerzo o sin estar convencido de que el cambio es necesario. Si un emprendedor se queda enganchado en sus antiguas ideas, no tiene perseverancia o es dominado por sus inseguridades no podrá realizar ninguna transformación personal y empresarial. Reinventarse es tener la sabiduría de saber cambiar a tiempo y de volver a creer que se puede.
Para cambiar es esencial tener una gran fortaleza interior, no sólo para enfrentar a sus enemigos interiores sino también para sobreponerse a la mirada crítica de los colaboradores, familiares y amigos que suelen resistirse a sus cambios. La gente tiende a rechazar los cambios de los otros, porque una vez que los encasilló en un lugar determinado no quiere que cambien y mucho menos que se renueven con ideas que pueden ser exitosas.
Muchos emprendedores quieren cambiar su historia para adaptarse a la movilidad del mercado pero no lo hacen. Sus deseos quedan en la nada cuando perciben que deben volver a empezar, esforzarse, arriesgar y transitar caminos desconocidos. Ese panorama les genera grandes temores por lo que prefieren seguir tirando de la soga que hasta ese momento les permitió generar ingresos. Toman esa decisión sin saber que esa soga se corta por lo que para seguir cosechando éxitos deben cambiar de soga.
Reinventarse tomando nuevos desafíos y caminando por senderos desconocidos no significa dar un salto al vacío o ser un irresponsable que no mide las consecuencias de los cambios que pretende realizar. Por el contrario, quienes se reinventan toman esa decisión después de razonar, sentir, reflexionar y observar profundamente su propia realidad. Lo hacen con la convicción de que seguir las rutinas y creencias del pasado les cancela el futuro, las lleva a la mediocridad y a la infelicidad.
A pesar de los temores e incertidumbre que implica reinventarse un emprendedor debe tener el coraje de animarse a cambiar. Los que actúan con excesiva mesura, repiten las mismas rutinas o no renuevan sus objetivos corren en desventaja frente a aquellos que asumen riesgos y se renuevan para acompañar la movilidad del mercado.

La vacilación, la pasividad o la prudencia rutinaria son contraproducentes en una sociedad caracterizada por el cambio permanente.

Finalmente cabe decir que reinventarse, modificar hábitos y asumir riesgos requiere necesariamente de audacia y pasión. No se puede realizar ningún cambio ni buscar nuevas alternativas emprendedoras si se está dominado por pensamientos agoreros, falta de entusiasmo y autoestima baja. Ningún cambio es posible autosaboteándose y considerando que se ha llegado al fin de la ruta. Para reinventarse hay que llenarse de pensamientos positivos y sentir que se tienen las capacidades para volver a hacer replay. Para eso es fundamental estar seguro de uno mismo y tener proyectos que hiervan la sangre y desborden la pasión. Para reinventarse hay que volver a apasionarse con nuevos sueños y desafíos que le den sentido a la vida.

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