La pasión permite desterrar la rutina, apalancar el entusiasmo, movilizar la voluntad, generar innovaciones, superar los miedos y revertir el estado de ánimo negativo.
Emprender un proyecto y concretarlo genera muchas satisfacciones emocionales y económicas. Todo lo contrario sucede cuando se presentan contingencias que no pueden superarse o las metas no logran concretarse como estaba planificado. Mientras que los resultados exitosos renuevan las energías, fortalecen la confianza y apuntalan la autoestima, los resultados negativos frenan el impulso emprendedor, generan temores, quiebran la voluntad hacedora y provocan desánimo. El fracaso pega duro en el ánimo del emprendedor.
Los fracasos y los errores de gestión no pasan por la vida de un emprendedor sin dejar una marca en su ánimo y su bolsillo. No lograr las metas no sólo lo daña materialmente sino que afecta su estado anímico. Ante la imposibilidad de concretar los sueños se siente impotente, desolado y frustrado. Las frustraciones le generan desazón e impotencia socavando la pasión que lo movilizó en el pasado. La consecuencia de este quiebre emocional será la falta de voluntad para seguir adelante y la instalación en su mente de pensamientos agoreros.
La ausencia de pasión no es un hecho menor ni puede ser ignorado por un emprendedor. La falta de entusiasmo para gestionar, liderar, arriesgar, buscar oportunidades y pensar creativamente lleva al estancamiento, la mediocridad y a lamentarse de por vida. Por ese motivo, cuando se pierde la pasión se debe hacer todo lo posible para recuperarla, porque no solamente es el principal energizante que estimula la creatividad y moviliza la voluntad detrás de objetivos desafiantes sino que la pasión es el principal antídoto para revertir las cargas emocionales negativas o depresivas.
La pasión es un fuego interior que estimula el ánimo y empuja a realizar proyectos desafiantes. La pasión genera una coraza emocional que permite resistir adversidades manteniendo firme la voluntad emprendedora. Es una fuerza poderosa que cuando se enciende multiplica las energías físicas, psíquicas, emocionales y espirituales de manera positiva. Por esa razón no hay que permitir que ese fuego interior se apague. Cuando la pasión está en baja es fundamental reanimarla para que vuelva a desplegar su energía constructiva.
El grado de pasión que tenga un emprendedor marca los límites hasta dónde puede llegar. Mientras más grande y sólida sea la pasión mayores serán los logros y la resistencia a los problemas.
Hay personalidades emprendedoras que tienen la pasión incrustada en sus genes. Son apasionados de manera natural por lo que no necesitan mucho esfuerzo para mantener la pasión encendida y renovarla ante cada frustración o al levantarse cada mañana después de un reconfortante reposo. Sin embargo, algunos emprendedores no tienen la posibilidad de recobrar fácilmente su entusiasmo ante los fracasos o adversidades. No todos tienen la pasión a flor de piel. En estos casos es necesario que el emprendedor busque recuperar su vigor a través de estímulos externos y ejercicios mentales que permiten volver a tener pensamientos positivos, constructivos y creativos. Para ese fin se han desarrollado muchos métodos individuales y grupales para generar estímulos que apalanquen y reanimen la pasión perdida. Entre esas herramientas estimuladoras se destacan los trabajos de coaching a cargo de profesionales o las acciones de mentoring destinadas a guiar al emprendedor para que vuelva a construir metas que lo conduzcan al éxito y estimulen su pasión por hacer.
Junto a la ayuda profesional destinada a superar situaciones de crisis anímicas, un emprendedor no debe olvidar que la pasión se estimula esencialmente con pensamientos positivos y creativos. Mirar el futuro con optimismo y expectativas superadoras fortalece la autoestima, restablece la confianza, bloquea el auto sabotaje y genera la certeza de que una batalla perdida no significa perder la guerra. La búsqueda de nuevos objetivos expulsa el sabor amargo de los errores cometidos y deja atrás la desazón. Por tal motivo es necesario alimentar la mente y las emociones con pensamientos positivos que –fundamentalmente– se generan a partir de tener ideas creativas y proyectos novedosos.
Para estimular la pasión es necesario buscar objetivos que la alienten. Sin proyectos creativos no hay posibilidad de encender la pasión. Por lo tanto el principal enemigo de un emprendedor no son los fracasos sino la falta de metas o la mediocridad creativa. Sin objetivos desafiantes y creativos que despierten algún tipo de interés material o espiritual es difícil que exista el entusiasmo que se requiere para emprender. Para apasionarse es necesario proponerse desafíos creativos. La construcción mental de nuevos objetivos y tener la cabeza trabajando en ideas creativas genera un bienestar interior que repercute en el estado de ánimo empujando al emprendedor a salir del estancamiento y la inercia.
Uno de los enemigos más destructivos de la pasión es no alcanzar la meta proyectada. Fracasar es un golpe muy duro que a muchos emprendedores les cancela la confianza, la autoestima, la seguridad y la pasión. Otros en cambio, pueden superar la adversidad porque tienen incrustado en su mente la sentencia que sostiene que no hay que darse por vencidos ni aun vencidos. Son emprendedores que saben que emprender es una actividad de riesgo y por lo tanto deben tener siempre reservada un poco de energía y pasión para volver a empezar.
El segundo enemigo de la pasión es la rutina y la falta de iniciativas para emprender nuevos proyectos. Ese letargo –muchas veces generado por conformarse con lo logrado– suele apagar gradualmente la pasión para que su lugar sea ocupado por temores de emprender nuevos desafíos. La rutina lleva inexorablemente a la mediocridad y a la falta de estímulos para arriesgar con lo cual la pasión desaparece.
Finalmente es necesario subrayar que la pasión, como todas las emociones, debe ser equilibrada. Así como la falta de entusiasmo es absolutamente negativo para emprender, el exceso de pasión afecta la gestión y el liderazgo.
La pasión es una fuerza interior muy poderosa que si no se controla puede desbordarse generando consecuencias negativas.
El exceso de pasión se puede transformar en una carga negativa al convertirla en una fuerza destructiva que perturba el juicio equilibrado del emprendedor. Al desbordarse deja de ser un factor positivo para convertirse en una energía emocional destructiva que atenta contra el estado físico, la sensatez, la armonía y la eficacia de la gestión. La pasión desbordada es como un chorro de agua que sale de una manguera que nadie sujeta. El chorro se expande con toda su fuerza pero sin dirección alguna. Moja a todos, produce desastres y desperdicia agua que podría ser útil para otros objetivos. Para que ese chorro de agua sea útil –sea para regar una planta o apagar un incendio– necesita que la manguera sea manejada con firmeza y el chorro apunte a una sola dirección. Lo mismo ocurre con la pasión. Necesita que se canalice y controle de manera correcta para no generar daño o impedir que se concreten objetivos.
Si la pasión se desborda deja de tener filtros, límites y barreras de contención. Si la pasión se descontrola, no solo afecta al empresario sino que se convierte en una energía negativa que daña a todos los integrantes de la empresa, clientes y proveedores. El responsable de empresa debe impedir que los impulsos pasionales se descontrolen negativamente. Debe evitar que el apasionamiento afecte la racionalidad de la gestión y dañen las relaciones con el entorno. Un emprendedor no puede actuar dominado por la cólera, el odio, el resentimiento y el desenfreno pasional. Tampoco debe hacer uso de lenguaje descalificante, aplicar políticas autoritarias o llegar a la violencia psíquica por estar enceguecido por pasiones descontroladas.
Un emprendedor debe apalancarse en su pasión para recargar su energía hacedora sin que esto lo lleve a convertir su apasionamiento en una fuerza dañina y perjudicial. Por lo tanto, debe encontrar el equilibrio entre estimular su pasión y evitar que se desborde. Si logra ese equilibrio positivo podrá superar adversidades y llegar a donde muchos no pueden.
https://mail.heraclito.com.ar/post.php?post=217
contact0