Un emprendedor debe ordenar y priorizar sus objetivos a fin de iniciar sus actividades con aquellos que son más relevantes para el crecimiento de la empresa.
La efectividad de un proceso económico y la optimización de un resultado disminuyen cuando se emprenden simultáneamente diferentes actividades con el propósito de alcanzar varios objetivos al mismo tiempo y con los mismos recursos. No es conveniente que un emprendedor intente llevar adelante proyectos y objetivos diversos de manera simultánea porque el que “mucho abarca poco aprieta” dice acertadamente el refrán popular. Un emprendedor debe aprender a seleccionar y priorizar sus objetivos de acuerdo a sus costos y beneficios. Debe escalonar las urgencias, las necesidades y las oportunidades a fin de ordenar y priorizar las actividades que le permitan alcanzar el máximo de rendimiento de acuerdo a la capacidad productiva y disponibilidad de recursos.
Si un emprendedor no prioriza los objetivos de acuerdo a su capacidad de gestión y recursos disponibles puede obtener resultados negativos. Estudios realizados en Alemania en el año 2018 pusieron en evidencia que el multitasking o la realización simultanea de varias tareas, por el mismo grupo de trabajo, generaba resultados inferiores en cada nueva actividad emprendida en comparación a lo que hubieran logrado realizando una sola actividad. Esa investigación revelo que emprender una multiplicidad de actividades de manera conjunta afectó la concentración, atentó contra la precisión y multiplicó la cantidad de interrupciones lo que se tradujo en un incremento errores laborales y una disminución del rendimiento productivo.
La investigación realizada en Alemania puso de relieve que al emprender dos actividades en simultaneo se lograba solo un 80% de optimización en la segunda actividad en comparación al 100% de rendimiento que se obtenía en la primera actividad. La investigación también reveló que si se sumaba una nueva actividad a las dos anteriores, la tercera tarea realizada por el mismo equipo solo lograba una optimización cercana al 60% en comparación al 100% obtenida en la primera actividad.
La caída del rendimiento laboral y productivo de un equipo de trabajo se incrementa en la medida que serializan varias actividades en simultaneo hasta llegar a un punto que la última tarea sumada tiene un rendimiento casi nulo.
Ante la investigación realizada en Alemania –corroborada en varias experiencias– es recomendable que un emprendedor no intente llevar adelante varios proyectos al mismo tiempo y con el mismo equipo de trabajo. Por tal motivo es importante que seleccione, analice, priorice y lleve adelante sus planes de manera escalonada a fin de lograr el máximo beneficio en cada una de las actividades que emprenda. Tiene que aprender a decir que no cuando le proponen emprender una gran cantidad de proyectos de manera simultánea con los mismos empleados y los mismos recursos. Tiene que comprender que la capacidad de sus colaboradores, el factor tiempo, las energías, los recursos y la concentración son limitados con lo cual es imposible lograr la máxima efectividad y rendimiento cuando se emprenden al mismo tiempo varias actividades con la misma gente. Lo aconsejable es que una vez que se concreten los objetivos priorizados se emprenda con los otros proyectos que fueron postergados a fin de dedicarle la misma concentración y recursos para lograr los mejores resultados.
Desde el punto de vista laboral, la disminución del rendimiento productivo al realizar varias tareas al mismo tiempo está ligada a las limitaciones físicas e intelectuales que tiene todo ser humano. Todo hombre o mujer tiene una acotada capacidad de concentración, una finita resistencia física y un límite anímico que se acrecienta cuando el esfuerzo y exigencia laborales son muy grandes y sin descanso. Por esta razón, la mayoría de las personas disminuyen su rendimiento productivo cuando deben abocarse a realizar de manera simultánea diferentes tareas. Las personas no son maquinas ni robot que les puede exigir la misma capacidad de respuesta ante situaciones diferentes o ante la exigencia de desarrollar una multiplicidad de tareas al mismo tiempo.
La disminución del rendimiento que se presenta en las personas que emprenden multitareas simultaneas sucede de manera semejante en las empresas. Como una organización destina a la producción, las empresas también tienen una limitada capacidad para desarrollar una multiplicidad de tareas con los mismos trabajadores, equipamiento técnico y tecnología, por lo cual al desarrollar varios procesos en simultaneo su rendimiento individual por objetivo decrece.
Las limitaciones que tiene una empresa o emprendedor –en cuanto la posibilidad para emprender varias actividades simultáneas– es lo que determina la necesidad de seleccionar, priorizar y organizar los objetivos que se deben llevar adelante para alcanzar el máximo rendimiento. Ese proceso de ordenamiento y selección permite definir cuáles serán los primeros objetivos a emprender y cuáles serán postergados para realizar en el futuro.
Al llevar adelante ese proceso de selección de prioridades es importante tener presente que priorizar no es sinónimo de inmediatez. El encargado de la gestión no puede trazar estrategias pensando solo en el corto plazo o buscando logros inmediatos. Generalmente lo objetivos que se consolidan en el mercado suelen demandar un tiempo prolongado de maduración y desarrollo. Por lo tanto, al momento de priorizar las metas es esencial no dejarse llevarse por la inmediatez o la premura sino que hay que tener en cuenta los beneficios finales que aportaran los objetivos de acuerdo al orden de selección.
Finalmente, si un emprendedor busca obtener resultados económicos positivos tampoco puede fijar prioridades de acuerdo a sus deseos, sino que es conveniente que valore los costos y los beneficios que le reportan cada una de las alternativas que elija. Debe analizar objetivamente cuales son las actividades que les reportarán mayores ventajas comparativas con respecto a otros. Con ese fin debe analizar el contexto interno y externo de la empresa para saber si los objetivos priorizados se ajustan a su capacidad operativa y a las necesidades del mercado. Esto implica que debe tener presente de manera objetiva cuales son los recursos técnicos que dispone, la idoneidad profesional del equipo, las inversiones que debe realizar, los plazos para producir, la competencia existente en el mercado y las ventajas comparativas que tienen sus productos con respecto a otros. Con ese listado básico de variables podrá definir cuáles son los objetivos a emprender que le resultan más beneficiosos y cuales debe postergar para el futuro.
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